miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Son seguros nuestros colegios?

Mónica Argerich de Bazzano, autora y responsable de la ejecución del programa, sostiene que el mismo surgió de la necesidad de sensibilizar a la población sobre esta temática, a los fines de evitar la ocurrencia de accidentes en el ámbito escolar o bien tratar de que los mismos disminuyan. Entre los objetivos planteados se encontraban por ejemplo, la detección de los lugares y elementos de riesgo en las escuelas, la determinación de la frecuencia y gravedad en los accidentes escolares, crear conciencia de los peligros y ofrecer pautas o herramientas para que niños y jóvenes propicien la creación de brigadas de primeros auxilios, entre otros.

La profesional inició las actividades con un trabajo científico en terreno, en escuelas de la Capital, el que se desplegó durante el año 2.004. Este fue seleccionado por el Comité de Docencia de la Sociedad Argentina de Pediatría y presentado en las Segundas Jornadas Nacionales de Prevención de Accidentes en Bs. As., obteniendo conceptos muy auspiciosos.
Siguiendo un cronograma establecido, desde Abril de este año la profesional ha venido dictando clases / talleres en distintas escuelas de la Capital, ejecutando el programa en cuatro etapas: la primera de sensibilización, con charlas informativas a los alumnos y docentes; la segunda tiene que ver ya con el desarrollo del taller, en donde se procede a la selección de diez estudiantes por año y por sección., más los docentes que acompañan a sus alumnos. Estos, a su vez, se convierten en agentes multiplicadores y generadores de sus propios proyectos en cada institución y según sus propias realidades.
Por otra parte, la tercera etapa deriva en una Jornada de Prevención de Accidentes en cada escuela, en donde se presentan los trabajos realizados a través de concurso de dibujos, narraciones o mensajes preventivos.
Finalmente llega la etapa de evaluación.“ Y luego de seis meses que lleva ejecutándose el programa, los resultados parciales son satisfactorios - señala Mónica de Bazzano -, puesto que se está creando conciencia preventiva, se observa el entusiasmo de los alumnos, los docentes apoyan el programa y desde los niveles directivos, en muchas escuelas, ya están marcando y delimitando los lugares y elementos de riesgo. También esperan concretar la formación de brigadas de primeros auxilios, a la vez que buscan estar preparados para actuar en casos de accidentes”, indicó.

En números, ya se completaron dos etapas en diez escuelas: ENCJA, Sarmiento/Moreno, Naciones Unidas, Capital Federal, Rita Villarroel, Dr. Enrique Ocampo, Nuestra Sra. del Valle, Santiago del Estero, Apolo y Alberdi, habiéndose atendido la totalidad de la matrícula y docentes en ambos turnos. Cabe consignar que la prueba piloto se llevó a cabo en la Escuela Municipal Nº1 “ El Principito.”

Factores potenciales


Existen lugares o elementos que pueden constituir un riesgo: un alambre tirado, un cable con corriente expuesto, sillas o bancos rotos, baldosas levantadas, agua en los pisos, desniveles en los patios, escaleras sin barandas adecuadas, piscinas sin control, entre otros; y en cualquier momento éstos pueden producir un accidente.
Otros elementos de riesgo también pueden ser: los útiles escolares ( pequeños, punzantes, cortantes), deportivos
( pelotas, colchonetas, aros) o de construcción ( vidrios, alambres, clavos, maderas astilladas).
Los niños y jóvenes están en una etapa en que todo es juego, pero una travesura o descuido, como empujones en una escalera o colocarse en la boca objetos pequeños, pueden desencadenar en un accidente.

Medidas preventivas:

Mantener

* Los vidrios en perfectas condiciones y no apoyarse en ellos.
* Los bancos, pupitres, escritorios, ventanas e inclusive pisos de madera en buen estado, libres de clavos flojos o astillas.
* Escaleras, con barandas altas y reforzadas.
* Los bebederos deben tener bordes redondeados, y estar bien fijados impidiendo charcos para evitar resbalones y caídas.
* Hay que cuidar que los alumnos no jueguen con elementos punzo cortantes (compás, trinchetas, etc.)
* Controlar el uso de los baños.
* Vigilar las actividades en Educación Física y en el recreo para que se desarrollen en forma correcta, evitando violencia.
* Si dentro de las actividades se incluye natación, deberán estar sumamente atentos y cuando la piscina no este en uso, debe tener cerco, vallado de protección o vigilancia permanente.
* Es bueno contar con un botiquín de primeros auxilios para actuar de inmediato mientras se espera la llegada del médico.

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